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Bienvenidos a Cosas de Gatitos

Estáis todos invitados a entrar en un mundo Mágico,Místico e ingenioso a la vez.


Cosas de gatitos os llevará a aportar conocimiento y despertar en vosotros algo que quizá, no sabía que existía.


Disfrutar de este blog hecho con mucho amor y sobre todo mucho cariño para la gente que quiera seguir aprendiendo, que lo prohibido le inquiete y que cada vez que se levante quiera saber más y más.


BIENVENIDOS:

ENSALADA DE CANGREJO Y PIÑA

Ahora que llega el veranito, apetece la ensalada que os proponemos, es fácil y sencilla de hacer, comenzamos:

Ingredientes:
  • Lechuga
  • Palitos de Cangrejo
  • Langostinos
  • Cebolla
  • Piña
  • Mahonesa o Salsa Rosa


COMENZAMOS:

Cogemos la lechuga la lavamos perfectamente y la secamos con el escurre verduras, para quitarle todo el agua, añadimos al plato, a continuación cortamos en taquitos muy finitos la cebolla, en casi todas estas ensaladas como esta, se excluye la cebolla pero yo aconsejo echarla.Cortamos también los palitos de cangrejo y pelamos los langostinos, apartamos dos para hacer el adorno al final.Esta ensalada puedes añadirle mahonesa o salsa rosa o simplemente aliñarla con aceite y vinagre, como más te guste.

Disfruta mummmmmm...

HECHIZO DE PROTECCIÓN

HECHIZO DE PROTECCIÓN
Tienes la sensación que hay alguien que quiere a toda costa hacerte daño al precio que sea, y lo peor de todo que conoce que la magia no tiene límites, pues aquí encontrarás un hechizo de protección para evitar que nadie te haga ningún trabajo o simplemente te desee el mal.

SÍGUEME:
El hierro es un material noble que se usa desde la prehistoria, Sus poderes ayudan a protegerse contra hechizos.
Paso a Paso:
  • Clave siete clavos en un limón
  • Ate el limón con una cinta roja hasta cubrirlo totalmente
  • Guarde el atado en un lugar de la casa donde no sea descubierto.
Indispensable: Realice el contrahechizo el primer día de luna menguante.

Para Finalizar: Retire el limón el último día de Luna nueva.Sáquelo de su casa, pero déjelo en un lugar donde sepa que será retirado por los servicios de limpieza.


Brochetas de Ternera y Verduras

BROCHETAS DE TERNERA Y VERDURAS
Bueno hoy propongo un plato facil y sencillo de hacer, vamos a la obra:

Ingredientes:
  • Berenjena
  • Pimiento rojo 
  • Pimiento Verde
  • Cebolla
  • Tomate
  • Carne pollo, ternera etc.
  • Sal al gusto
COMENZAMOS:

Para este plato os voy a decir un truco, no montéis la brocheta, hasta que no se haga todo en la plancha, la verdad que queda muy bonito como en la foto, pero la realidad es que luego no se hace bien de un lado,  el pimiento se queda crudo un largo etc...
Os indico el órden que llevado yo, esto es a gusto del consumidor.
CARNE+ PIMIENTO VERDE+ CARNE+ PIMIENTO ROJO+ CEBOLLA+  CARNE+ TOMATE+ BERENJENA.


Mientras que elaboraís esta rica receta, yo me quedo aquí que estoy cansadísimo. 
HASTA PRONTO

IDEAS PARA DECORAR TU HABITACION

Os muestro el antes y el después de mi habitación de Matrimonio.Todo lo que a continuación expongo son productos comprados en IKEA.
 Pongo el precio a los productos adquiridos

 En esta habitación tengo un armario empotrado, tenía el mismo color que la antigua habitación, lo que hemos hecho es lacarlo en el mismo color de la habitación adquirida. A simple vista el cambio es asombroso.
 Cama 229.00 €, a esto hay que añadirle el somier 69.90 €,Mesillas 79.95 € cada una, Lámparas de mesillas 29.90 € cada una, cuadro de Audreu Hepburm 59.90 €, Manta pies cama 25.00 €, Cojines relleno 9.95 € cada uno y la funda para el mismo 9.95€, Lampara techo 49.95 €.
 En esta foto podemos apreciar los vinilos aplicados para salvar un armario que sin ellos quedaría la mar de soso. Precio de los vinilos 9.95 €(vienen cuatro láminas con flores), con un vinilo he tenido para el frontal del armario y para el lateral.(que se aprecia en la primera foto).
 Soy fanática del cine antiguo, todos los actores de la época dorada me encantan, estas láminas las tenía guardadas desde hace bastante tiempo, de un calendario que regalaba la revista fotogramas. Precio de Marco 9.95 € cada uno.
 Sobre estas lineas se me ocurrió la idea de tener todos los pañuelo colgados como en un expositor de tienda y a parte añadirle una fila de collares, la fila de arriba la he dejado para los pañuelos cortos, la del medio como apreciais para collares y la de abajo para fulares o bufandas. Estos aparejos los cogí de la sección de cocinas y cada uno por el módico precio de 1.50 €.Es una idea buenísima para tener todo en orden y a mano.


 Sobre esta fotografía vemos el Sinfonier, precio 99.95 €, como podeís apreciar los cuadros tienen la mismas dimensiones que la televisión, que queda igual que un cuadro colgado.Taburete con funda 39.95€.



Me queda añadir unas cortinas en el medio para dejar a los lados las negras , y en rincón un jarrón que también he visto en el IKEA,con una de las plantas artificiales que venden ahí, y añadir que para esta temporada la colcha negra queda bien, ahora ya tengo echado el ojo a una para la temporada de Primavera, Verano.Cuando lo tenga añadiré fotos.
Espero que os haya gustado y que os pueda haber regalado alguna idea para renovar vuestra habitación.

Las velas de Umiko


Esta leyenda que en la actualidad, todavía en Japón en un pueblo pesquero cada vez que los marineros y pescadores, se echan a la mar, antes compran una vela que se dice que la ponen en ofrenda a Amara y su hija, para que dejen en mar en calma.
Particularmente es una de las historias con más enbrujo que he leido.
Sumergiros en esta leyenda tan especial.


Hace mucho, mucho tiempo, vivía en el fondo del mar del Japón una sirena llamada Amara. 
Era la esposa del genio del mar.
Un día se asomó ala superficie de las aguas, vio una roca y se tendió en ella.
A lo lejos se divisaba la ciudad y, como era de noche, sus luces brillaban más que las estrellas del cielo. Amara pensó que sus habitantes eran más  afortunados que ella porque tenían luz y sentían la frescura del aire en sus caras. Si alguna vez tenía una hija, no la privaría de tal felicidad y, aunque tuviera que separarse de ella, la llevaría a la ciudad para hacerla partícipe de todas sus delicias. 
Poco tiempo después su pensamiento se hizo realidad. La sirena Amara tenía una hija.
Entonces pensó llevar a cabo su proposició, y cogiendo a la niña la transladó a una montaña que estaba cerca de la ciudad. Allí había un templo, y en una de las gradas de las escalinatas la dejó cuidadosamente, después de besarla con todo su corazón.
Y sucedió que abajo, en el pueblo, vivía un viejo matrimonio que dedicaba su vida a la elaboración de velas, que los devotos que iban al templo de la montaña compraban.
Como eran afortunados en el negocio, decidieron dar gracias a Dios por la protección que les dispensaba. Cogieron dos velas y se encaminaron al sagrado recinto.
Una vez que hubieron depositado su ofrenda ante Dios y hecho sus oraciones, pensaron regresar a su casa. Pero he aquí que cuando bajaron las escaleras del templo oyeron un débil llanto; inclinándose hacia el suelo, vieron una niña recién nacida. Les dio pena y, pensando que alguien sin corazón la había abandonado, decidieron recogerla. 
Cuando la quitaron las mantillas se quedaron asombrados; no era como las demás niñas. La mitad de su cuerpo era igual a la cola de un pez y estaba cubierta de brillantes escamas; Era una sirena. Así, la llamaron Umiko, la hija del mar.
Y pasó el tiempo, y la niña se hizo una mujer de extraordinaria belleza
Su cutis parecía de nácar y sus ojos despedían un extraño fulgor; semejaban dos esmeraldas.  Pero como era tan humilde y no soportaba la admiración que despertaba en todos los compradores, los padres decidieron que fuera ella quien hiciera las velas.
Umiko, además de hacerlas, pintaba en ellas pájaros y flores, y sobre todo, bellos paisajes del fondo del mar. La innovación tuvo gran éxito y el número de compradores aumentaba sin cesar. Además se había extendido la creencia de que aquellas velas eran una especie de talismán para portegerles de los peligros que pudieran acecharles en sus travesías.  De todas partes venían en busca de las velas pintadas por Umiko.
Un día apareció un mercader en la tienda de los padres atraído por la belleza y la fama de las velas de la muchacha. Cuando la vio pensó que sería un gran negocio exponerla al público, y decidió convencer a sus padres de que se la vendiera.
Al principio ellos se indignaron; cómo iban a vender a su querida y dulce hija?
Pero tanto insistió el mercader, y tan sutiles y hábiles argumentos supo emplear que al fin cedieron por una fuerte suma de dinero.
Cuando Umiko se enteró se postró ante el matrimonio y les suplicó llorando que no llevaran a cabo semejante venta, pero de nada sirvieron sus ruegos.
Por la noche spuso oír una voz que parecía salir del fondo del mar y que repetía sin cesar su nombre; pero no vio a nadie. Al día siguiente, antes de partir pintó una vela, y, concluída la tarea, la colocó entre todas las demás. 
Fuera había aparcado un gran carro con barrotes gruesos donde la metieron a empujones y, una vez dentro el mercader lo condujo al puerto para llevarla a otro país.
Pero aquella noche, el matrimonio que vendiera a Umiko no estaba tranquilo; la pareja presentía que sin ella habría de pasarles algo malo. De pronto sonaron golpes en la puerta. Abrieron, y apareció ante ellos una mujer toda vestida de  blanco. Pidió comprar una vela, y cuando la vieja le enseñó las que tenía la mujer escogió la última pintada por Umiko antes de marchar.
Después fijó en la vendedora sus ojos verdes, iracundos, que despedían una luz brillante y recordaban al mar presagiando tormenta.
A continuación desapareció y, poco después, en la cumbre del monte donde en otro tiempo encontraran a umiko se encendió una luz. En seguida una horrible tempestad azotó la costa. El barco en el que iba Umiko intentó volver en vano al puerto, y de pronto una enorme ola lo precipitó al fondo del mar. Mientras el navío se undía surgió de entre las encrespadas olas Amara. Acudía a liberar a su hija.

Rompió los barrotes que encerraban a Umiko y abrazada a ella se dirigió al fondo del mar. La tempestad hizo desaparecer todo aquél pueblo y poco después se apagaba en el monte la vela pintada por Umiko
--No hace mucho todavía se vendían en algunos pueblos japoneses unas candelas pintadas que recordaban a las que fabricara en otros tiempos la hjja del mar  y que no dejaban de encender los marineros cuando empezaban sus travesías--

Sigo soñando............

Las velas de Umiko


Esta leyenda que en la actualidad, todavía en Japón en un pueblo pesquero cada vez que los marineros y pescadores, se echan a la mar, antes compran una vela que se dice que la ponen en ofrenda a Amara y su hija, para que dejen en mar en calma.
Particularmente es una de las historias con más enbrujo que he leido.
Sumergiros en esta leyenda tan especial.


Hace mucho, mucho tiempo, vivía en el fondo del mar del Japón una sirena llamada Amara. 
Era la esposa del genio del mar.
Un día se asomó ala superficie de las aguas, vio una roca y se tendió en ella.
A lo lejos se divisaba la ciudad y, como era de noche, sus luces brillaban más que las estrellas del cielo. Amara pensó que sus habitantes eran más  afortunados que ella porque tenían luz y sentían la frescura del aire en sus caras. Si alguna vez tenía una hija, no la privaría de tal felicidad y, aunque tuviera que separarse de ella, la llevaría a la ciudad para hacerla partícipe de todas sus delicias. 
Poco tiempo después su pensamiento se hizo realidad. La sirena Amara tenía una hija.
Entonces pensó llevar a cabo su proposició, y cogiendo a la niña la transladó a una montaña que estaba cerca de la ciudad. Allí había un templo, y en una de las gradas de las escalinatas la dejó cuidadosamente, después de besarla con todo su corazón.
Y sucedió que abajo, en el pueblo, vivía un viejo matrimonio que dedicaba su vida a la elaboración de velas, que los devotos que iban al templo de la montaña compraban.
Como eran afortunados en el negocio, decidieron dar gracias a Dios por la protección que les dispensaba. Cogieron dos velas y se encaminaron al sagrado recinto.
Una vez que hubieron depositado su ofrenda ante Dios y hecho sus oraciones, pensaron regresar a su casa. Pero he aquí que cuando bajaron las escaleras del templo oyeron un débil llanto; inclinándose hacia el suelo, vieron una niña recién nacida. Les dio pena y, pensando que alguien sin corazón la había abandonado, decidieron recogerla. 
Cuando la quitaron las mantillas se quedaron asombrados; no era como las demás niñas. La mitad de su cuerpo era igual a la cola de un pez y estaba cubierta de brillantes escamas; Era una sirena. Así, la llamaron Umiko, la hija del mar.
Y pasó el tiempo, y la niña se hizo una mujer de extraordinaria belleza
Su cutis parecía de nácar y sus ojos despedían un extraño fulgor; semejaban dos esmeraldas.  Pero como era tan humilde y no soportaba la admiración que despertaba en todos los compradores, los padres decidieron que fuera ella quien hiciera las velas.
Umiko, además de hacerlas, pintaba en ellas pájaros y flores, y sobre todo, bellos paisajes del fondo del mar. La innovación tuvo gran éxito y el número de compradores aumentaba sin cesar. Además se había extendido la creencia de que aquellas velas eran una especie de talismán para portegerles de los peligros que pudieran acecharles en sus travesías.  De todas partes venían en busca de las velas pintadas por Umiko.
Un día apareció un mercader en la tienda de los padres atraído por la belleza y la fama de las velas de la muchacha. Cuando la vio pensó que sería un gran negocio exponerla al público, y decidió convencer a sus padres de que se la vendiera.
Al principio ellos se indignaron; cómo iban a vender a su querida y dulce hija?
Pero tanto insistió el mercader, y tan sutiles y hábiles argumentos supo emplear que al fin cedieron por una fuerte suma de dinero.
Cuando Umiko se enteró se postró ante el matrimonio y les suplicó llorando que no llevaran a cabo semejante venta, pero de nada sirvieron sus ruegos.
Por la noche spuso oír una voz que parecía salir del fondo del mar y que repetía sin cesar su nombre; pero no vio a nadie. Al día siguiente, antes de partir pintó una vela, y, concluída la tarea, la colocó entre todas las demás. 
Fuera había aparcado un gran carro con barrotes gruesos donde la metieron a empujones y, una vez dentro el mercader lo condujo al puerto para llevarla a otro país.
Pero aquella noche, el matrimonio que vendiera a Umiko no estaba tranquilo; la pareja presentía que sin ella habría de pasarles algo malo. De pronto sonaron golpes en la puerta. Abrieron, y apareció ante ellos una mujer toda vestida de  blanco. Pidió comprar una vela, y cuando la vieja le enseñó las que tenía la mujer escogió la última pintada por Umiko antes de marchar.
Después fijó en la vendedora sus ojos verdes, iracundos, que despedían una luz brillante y recordaban al mar presagiando tormenta.
A continuación desapareció y, poco después, en la cumbre del monte donde en otro tiempo encontraran a umiko se encendió una luz. En seguida una horrible tempestad azotó la costa. El barco en el que iba Umiko intentó volver en vano al puerto, y de pronto una enorme ola lo precipitó al fondo del mar. Mientras el navío se undía surgió de entre las encrespadas olas Amara. Acudía a liberar a su hija.

Rompió los barrotes que encerraban a Umiko y abrazada a ella se dirigió al fondo del mar. La tempestad hizo desaparecer todo aquél pueblo y poco después se apagaba en el monte la vela pintada por Umiko
--No hace mucho todavía se vendían en algunos pueblos japoneses unas candelas pintadas que recordaban a las que fabricara en otros tiempos la hjja del mar  y que no dejaban de encender los marineros cuando empezaban sus travesías--

Sigo soñando............