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Granates

Horóscopos: Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis
Chakras: Abre el chakra basal
Propiedades:El granate se utiliza mucho en meditación.Fortalece la energía creativa, Está muy indicado para la depresión y los estados de melancolía y tristeza.
Hermés Trismegisto decía que esta piedra ayudaba en los partos.
Símbolo de la amistad sincera.Los granates inducen a la acción y a la creatividad, retrasan el envejecimiento y regeneran los tejidos y la piel.
Es útil en caso de mala circulación o de anemia: también se recomienda para el tratamiento de inflaciones de la piel, granos etc.
Se utiliza desde muy antiguo para curar afecciones de hígado, huesos, pulmones e intestinos.

Calabazas de Halloween


Siguiendo los pasos para hacer nuestra propia Calabaza de Halloween he hecho mis propias creaciones. Os animo a hacerlas porque a pesar de lo que parece no es muy dificil y es una actividad que podeis hacer en familia y los niños se lo pasarán genial.





Galena

Horóscopo: Escorpio Piscis y libra
Chakras: Abre el chakra del entrecejo

Propiedades: La galena está indicada para las personas que sufren pérdida de memoria y de amnesia. Muy utilizada por estudiantes y oradores.
Debido a su gran capacidad de exfoliación es conveniente llevarla en una pequeña bolsita.Recomendable para el tratamiento de afecciones de reúma,artrosis y dolores en las articulaciones.Simboliza el peso de la razón.

Aracnomancia

-La araña ha sido considerada en distintas partes del mundo, también en Europa, un animal
adivinatorio.

Araña de la mañana: Pena
Araña de mediodia: Preocupaciones
Araña de tarde: Regalo
Araña de la noche: Esperanza
Araña tejiendo su tela por la mañana: Buena suerte entrada dinero
Araña cruzando una pared: Noticias buenas
Ver una araña roja: Dinero
Matar una araña: Mala suerte
Una araña en el cuerpo:Buena suerte
Una araña en la ropa: Dinero o un ascenso
Ver una araña bajar por un hilo: Muy buena suerte
Si trepa por un hilo: Noticias
Encontrar una tela de araña en el quicio de una puerta: Visitantes

El oráculo de la manzana

El oráculo de la manzana: Desde la más remota antigüedad, la manzana y otros alimentos han sido utilizados como oráculos.Pelar lentamente la manzana intentando que la piel quede en una sola tira.
Dejar caer Suavemente la piel de la manzana sobre la mesa y observar la letra que forma: Será la primera letra del nombre de la persona amada.
Pedir un deseo y seguidamente cortar una manzana por la mitad.
Si no se ha cortado ninguna pepita, el deseo se cumplirá.

Simbolismo de los picores

-El simbolismo de los picores: El cuerpo humano y sus reacciones inconscientes son uno de los métodos de conocer directamente situaciones futuras y el acontecer actual.
Los picores y su ubicación en  el cuerpo humano transmiten la siguiente información:


En el pie derecho: Un traslado o viaje benéfico
Pie Izquierdo: Viaje o acción sin ningún provecho
Las espinillas: Una sorpresa desagradable
Rodilla derecha: Muy buenas noticias
Rodilla izquierda: Murmuraciones
Los Muslos: Cambios mudanzas
Riñones: Enemistades que se disipan
Abdomen: Alguien nos va a visitar
Palma de la mano derecha: Recibiremos dinero
Palma de la mano izquierda: Gasto seguro
Hombro derecho: Herencia
Hombro izquierdo: Disgusto
Espalda: Sorpresa inesperada
Cuello: Posible enfermedad
Nariz por fuera: Disgusto seguro
Nariz por dentro: Mala suerte aflicción
Ojo derecho: Un encuentro
Ojo izquierdo: Visión de algo muy molesto
Lado derecho de la cara: Comentarios murmuraciones
Lado izquierdo:Cumplidos
Encima de la cabeza: Buena suerte



MIs gatitos












Litomancia

Este método de adivinación utiliza piedras preciosas.En una de sus modalidades se utiliza también la luz de una vela.Se realiza de la siguiente forma:
Se ponen las gemas de varios colores o cuentas de cristal de colores alrededor de una vela encendida.Se apaga la luz de la habitación tiene que ser un sitio tranquilo y que tenga energía de la persona que va a consultar, se cierran los ojos durante unos segundos, transcurridos el tiempo abrirá los ojos y observará el color de la piedra que primero refleje la luz.
Dependiendo del color de la piedra visionada, tendrá el siguiente simbolismo.

--Negra: Mala suerte
--Púrpura: Peleas
--Violeta: Penas
--Azul: Buena Suerte
--Granate:Boda
--Roja:Amor pasión
--Incolora:Pureza,Éxito,Felicidad
--Verde:Solución a todo mal
--Rosa:Inocencia

Historias terroríficas de Halloween


 Un día me dijo que era vidente, y no es que no le creyera, pero me muestro generalmente bastante incrédula respecto a estos temas. Lo que no veo, no existe para mí. No digo que debiera haberle creído sólo porque le estimaba ya que en mi opinión la amistad y la confianza son muy importantes, pero simplemente hice un esfuerzo y le di elbeneficio de la duda. ¿Y si era yo la que estaba equivocada?. No volvimos a hablar del tema hasta que un día volvió a aparecer en el chat donde estábamos hablando y me envió un privado. Era una de esas ventanitas que sólo podíamos ver ella y yo. Absolutamente privado. 

ELLA - Hola, ¿seguimos el tema? 
YO - ¡Vale! Pero no creo que puedas convencerme, ya sabes... me cuesta creer estas
cosas. 

ELLA - No pretendo convencerte de nada, pero nací con ciertos dones y tampoco tengo
intención de ocultarlos al mundo. 

YO - Eso debe estar bien. 

En realidad no sabía qué decirle. ¿Estaba bien? En fin... poco podía decir yo al
respecto. 

ELLA - Está bien, pero no siempre. Cuando tengo una visión acabo agotada. 
YO - ¿Te supone un esfuerzo? 

ELLA - Sí, bastante esfuerzo. 

YO -¿Y por qué lo haces? 

ELLA - No es algo que se elija, se nace con ello. 

Hubo un silencio en el que ninguna de las dos parecía saber qué decir. Miré el canal
donde nos habíamos conocido siete meses atrás. Estaban hablando de las próximas
vacaciones de verano. 

ELLA - ¿Sigues ahí? 
YO - Sí, ¿no puedes verlo? .-Bromeé. 

Entonces dijo algo que me asustó. 

ELLA - Sí, puedo verte. 

Tragué saliva y pensé, vaya, me está tomando el pelo y yo caigo como una tonta. 
Sentí un escalofrío pero decidí presionarla. 

YO - ¿Ah, sí? Pues dime... ¿con quién estoy? 
ELLA - Sola

Bueno, eso podía haberlo comentado antes en el chat y que ella lo hubiese leído.
Decidí seguir con aquello como si se tratara de un juego. 

YO - Dime algo que me sorprenda. Algo que veas en mi habitación. 
ELLA - Veo que tienes algunas de las teclas de tu ordenador borradas. Tecleas rápido. 

YO - Ya, pero eso puede pasarle a cualquiera. Las letras de los teclados se borran. 

ELLA - Tú tienes borrada la A, la S, la L y la M. 

Miré mi teclado más curiosa que horrorizada, pero de la curiosidad a la ansiedad
hubo tan sólo un instante. Ya no me hacía tanta gracia el juego. Mi condición de
incrédula, no obstante, me hizo ir más allá. 

YO - Amiga... estoy segura de que casi todos tenemos las mismas letras borradas. Dime
algo que sorprenda de verdad. 
ELLA - ¿Por qué quieres seguir con esto si no me crees? 

Buena pregunta, pensé. 

YO - Igual para conocerte un poquito más, o para experimentar algo que no haya
experimentado antes.

En ese momento supe que ella sonreía desde su lado del monitor. Internet es un sitio curioso. Estás en tu casa, en camiseta de tirantes y pantalón corto, descalza y con el ventilador puesto cuando al otro lado de la pantalla alguien te habla abrigado hasta el cuello, con un par de calcetines y la estufa puesta porque tú estás disfrutando del inminente verano y ellos aún están pasando el clima del invierno. 

Mi amiga se había mostrado siempre amable, abierta, simpática y con un buen sentido delhumor. Se podía decir que coincidíamos en todo menos en este tema. No nos gustaba el fútbol, adorábamos las comedias, nos encantaba Oscar Wilde, ambas habíamos visitado Orlando, a las dos se nos había muerto el padre... ¡eran tantas cosas las que nos acercaron y nos hicieron grandes amigas!. 

ELLA - ¿Cómo llevas el libro? –Preguntó de pronto. 
YO - ¿Qué libro? 

ELLA - El que tienes encima de la mesa... déjame ver... La fuerza bruta, de John
Steinbeck.

Miré a mi derecha con los ojos como platos. ¿Se lo había dicho? ¿Le había dicho que lo había empezado o que iba a leerlo? ¿Le había dicho que solía poner los libros en mi mesa porque me encantaba mirar una y mil veces las portadas de los libros que me estaba leyendo? Evidentemente, la respuesta debía ser sí. 

YO - Acabo de empezarlo. 

Lo escribí sin dejar notar nada sobre mi –todavía- sorpresa. 

ELLA - Yo no lo he leído. 
YO - Ya te diré qué me parece. 

En el chat general el tema de conversación giraba en torno a las lanchas motoras. No me pareció más interesante que mi conversación en privado y me puse a pensar qué podía preguntarle para descubrirla o rendirme a sus pies definitivamente. Pero habló ella. 

ELLA - Alguien va a llamar a la puerta. 
YO - Ah, pues ve, te espero. 

ELLA - No. Es en tu casa. 

Sonreí incrédula. Iba a poner una risa (jajajaja) cuando sonó el timbre. Miré hacia la puerta de la habitación. Mis ojos volvieron a la frase premonitoria de mi amiga. 

YO - Ahora vengo. 
ELLA - Ok. 

Llegué hasta la puerta y miré por la mirilla. Un vendedor de alfombras. 
- No me interesa. –Dije para no tener que abrir. 
El chico dijo algo que sonó despectivo y se marchó a otro piso. 
Volví al chat. 

YO - ¿Cómo lo sabías? Era un vendedor de alfombras. 
ELLA - Te he dicho que puedo verte.

Sopesé la posibilidad de que tuviera razón pero mi sensatez lo negaba una y otra vez. No había nacido yo para creérmelo todo, y menos aún aquello que escapaba a la lógica. Mi amiga no sólo estaba en su casa, sino que estaba en otro país y teníamos distinta franja horaria. 

ELLA - ¿Sabes? Algo me dice que debo seguir mirándote. No te asustes pero... 
YO - pero??????? 

ELLA - Es que no sabría explicártelo. Generalmente tengo visiones premonitorias, otras veces, como hoy, puedo provocar el verte. Aparecen imágenes frente a mí y te veo, veo tu habitación, pero esto supone un gran esfuerzo. Me duele la cabeza. 

YO - Ya, pero... ¿y el “pero” que decías? 

ELLA - Es que no quiero asustarte pero presiento algo raro. 

YO - Ahora sí que me estás asustando. 

¡Pero qué poca firmeza tenía, por Dios! ¡Ahora estaba asustándome de verdad! Yo, la
incrédula, la que si no ve, no cree. Me sentía agitada. Quizás se debía a que eran
pasadas las diez de la noche ya, estaba sola en casa y la última persona que había
visto había sido un desconocido poco amable desde una mirilla. Al menos aún podía
escuchar el volumen alto de un televisor. Era mi vecina, una viejecita que estaba
algo sorda. 

YO - No sé pero... quizás deberíamos cambiar de tema. 
YO - No es que me hayas convencido pero... 

ELLA - :) No te preocupes, te entiendo. ¿Tengo tu permiso para seguir observando? 

YO - Claro, pero que conste que no tengo tan claro que puedes verme. Mi sesera me
impide creerte. :) 

Miré de nuevo el chat para ver si surgía algún tema en el que pudiera involucrarme
pero estaba parado. Había unos siete miembros en el chat y ninguno de ellos hablaba. 
Todos estaban en privados. Miré la ventanita del privado de mi amiga. 

Iba a escribir algo cuando ví que ella se me había adelantado. 

ELLA - Cielo, ahora te asustes pero, no estás sola. 

Sentí un escalofrío en mis piernas y mis brazos. Tanto se erizó el vello que me
dolió. ¿Cómo se podía calificar a una de “cielo” para luego decirle que no estabas
sola en la habitación?. 

YO - ¿Qué quieres decir? Me estás poniendo nerviosa. 
ELLA - No puedo identificarle pero está detrás de ti 

YO - Por favor para 

ELLA - No se mueve casi, no te asustes, déjame observarle. 

YO - Estoy asustada.

Ahora sí que lo estaba. Miraba la ventana. Oscuridad total. No me atrevía a girarme
hacia atrás. ¿Y si veía algo que no quería ver? ¿Y si allí estaba mi amiga? ¡u otra
persona! Eso aún era peor... comencé a notar un nudo en la garganta. Hubiera querido
ser más valiente o más cobarde y llorar, pero estaba estancada en mi propia lucha
para creer o no creer. 

ELLA - ¿Notas frío a tu alrededor? 

Su pregunta me llegó casi cuando estaba a punto de apagar el ordenador y encender la
luz del techo para meterme rápidamente en la cama y olvidarme del tema. 

YO - Estamos a más de 30 grados.- Le informé. 
ELLA - Ok. Es que no consigo entrar en él. 

YO - ¿¿¿EL??? ¿entrar?? 

ELLA - Se muestra como una estatua por eso no me deja descubrirle. No sé si es bueno
o tiene malas intenciones. Sólo sé que está ahí, estático. 

YO - Yo no veo a nadie... esto no me gusta. 

ELLA - Ya te dije que no te asustarás, cielo. Además, yo estoy contigo. 

YO - Sí, a miles de kilómetros de distancia. 

Entonces lo noté. Una especie de roce helado, como si hubieran puesto una mano sobre
mi brazo. En la zona donde la sentí el pelo de mi brazo se erizó. Completamente en
alto. El resto de mi cuerpo no notó nada. 

YO - ¡Está pasando algo! 
ELLA - ¿Qué?? 

YO - He sentido un frío helado en mi brazo. 

ELLA - Tranquilízate. 

YO - Se me ha erizado el pelo, tengo una extraña sensación. 

Comenzaba a ser pánico. 

ELLA - Cielo, tranquila, hazme caso. 
YO - Esto es muy raro 

YO - Estoy asustada 

YO - Necesito tranquilizarme, estoy.... joder! 

YO - joder joder joder joder joder 

ELLA - ¿Quieres dejar de escribir? 

YO - joder joder joder joder joder 

ELLA - Te va a dar una taquicardia, tranquilízate. 

Y entonces noté un soplo frío en un mi cuello, como si me hubieran tirado el aliento. 

YO - ¿Qué significa el frío del que me hablabas? 
ELLA - El frío lo transmiten los muertos cuando se acercan, generalmente algo
enfadados o... 

YO - ¿OOOOOO?????????? 

ELLA - violentos 

YO - ¿VIOLENTOS????? 

YO - Joder ayúdame, qué hagooooooooo????? 

ELLA - Tranquilízate, yo no lo he visto moverse. 

YO - ¡Haz algo! 

ELLA - Cielo ¿quieres tranquilizarte? 

YO - ¡Hay alguien conmigo joder! Tengo un muerto tirándome su aliento en mi espalda,
estoy acojonada estoy asustada estoy llorando 

ELLA - Cielo.... ¿te importaría escucharme? Deja de escribir y lee esto

Hice un esfuerzo. Para mí escribir suponía no mirar atrás y leer palabras, ya fueran
suyas o mías, sentirme menos sola en mi habitación. 

ELLA - No hay nadie, cariño. 
YO - Lo dices para tranquilizarme. 

ELLA - NO HAY NADIE 

YO - Está aquí, lo siento, lo presiento lo notooooooo 

ELLA - Ok. Escúchame. Era broma

YO - ¿Broma???? 

ELLA - Quería demostrarte que no existen los incrédulos, cálmate por favor. Yo no veo
nada, es cierto que a veces tengo visiones premonitorias, como cuando han llamado a
la puerta, pero no puedo obligarme a ver a nadie. 

YO - pero yo siento algo 

Esto último lo escribí con lágrimas en los ojos y más asustada que nunca. 
Sus palabras no me tranquilizaban. Las lágrimas a veces me impedían leer bien pero
me las quitaba restregándome en segundos los ojos o apretando los párpardos para que
salieran disparadas y dejaran de molestarme. 

ELLA - Voy a llamarte por teléfono. 

Pocos segundos después sonaba el timbre del teléfono. ¿Había hecho ella misma una
conferencia para convencerme de que no existían las videntes ahora que ya me lo
había creído?. Fui a descolgar pero ocurrió algo que congeló mi mano en el aire. 

ELLA - Cielo, no puedo llamarte sin desconectar esto. Sólo tengo una línea. ¿Puedo
llamarte o prefieres que sigamos aquí?

Cuando ya tenía puesta la mano en el auricular ví su privado. ¿Cómo podía escribirme
y llamarme a la vez? Miré el identificador de llamadas antes de descolgar. No había
número, era anónimo. No era ella. Eso lo tenía claro después de haber visto el
privado. 

Respiré hondo y dudé entre contestar al privado o descolgar el teléfono. Me decidí
por la llamada. 
- Dígame. 
- Tu amiga va a a morir mientras tú escuchas este mensaje. 

Jamás había sentido tanto miedo y jamás en mi vida mi corazón había dado un vuelco
tan grande ni mis piernas –aún sentada- me habían fallado con tal rapidez. Me hice
de mantequilla. Comenzó a darme vueltas la habitación y luché por recuperar el
aliento. 

De pronto la línea se cortó y comenzó el molesto pitido de “comunicando”. 
Solté el auricular como si me quemara en las manos. 
Volví rápidamente al chat, al privado. Tecleé tan rápido que lo escribí todo mal. 

YO - ?ESta`s ahí´? 
YO - respondeeee!!!! 
YO - responde por favvor!!!! 
YO - ¿no me lees¿¿¿ 
YO - DI ALGOOOOOOOO

Histérica, cogí mi agenda y marqué su número de teléfono. Yo sí tenía dos líneas y
podía permitirme permanecer en internet mientras le llamaba. Conseguí comunicación
con el extranjero y esperé... esperé nerviosa, mordiéndome el labio, más agitada que
entera, más asustada que nunca... prácticamente bailaba en mi asiento. 

Pero no contestaba. 

Colgué furiosa pegándole tal golpe al auricular que pensé que me habría cargado el
teléfono. Volví al privado y traté de que mi amiga respondiera. No lo hacía. Al
final apareció un mensaje en mi privado. En su ventana. 

ELLA - Ahora sí te veo. No tengas miedo. Sólo me quedaré un momento. 

Sentí un escalofrío que me recorrió la espina dorsal. El chat me indicó que tras
escribir esa última frase, mi amiga había salido del chat. Ya no estaba allí. No se
había despedido de nadie, ni de mí, ni del resto de los miembros del chat. Había
desconectado. 

Miré fijamente la pantalla que sólo se movía ahora en el chat general. Ni siquiera
sé de qué estaban hablando. Para mí todas las líneas no tenían significado, sólo
podía mirar su último comentario del privado. “Ahora sí te veo. No tengas miedo. 
Sólo me quedaré un momento”. 

Entonces lo entendí. 
Comencé a llorar desesperada. 

Mis manos corrieron a mis ojos y lloré sofocada, entendiendo que mi amiga había
muerto, que era yo la que había tenido el presentimiento y la premonición, y que
ahora ella estaba a mi lado. Esta extraña comprensión me hizo girarme y mirar mi
habitación vacía. No quería creer que no estuviera allí. No podía, no después de
todo.... 

Una caricia, tan suave que apenas era como un suspiro, acarició mi cabeza.
Transmitió tal cantidad de paz que lejos de asustarme me relajó. Mis lágrimas
continuaron cayendo por las mejillas. Ya no las secaba. Miraba al vacío sabiendo que
ella estaba frente a mí. 

- ¿Qué te han hecho? . –Pregunté al aire. 
- Pssss. 
Respiré hondo al escuchar ese sonido. Era como cuando era pequeña, tenía miedo y mi
madre ponía su dedo en la boca y soplaba para que olvidara el tema y pensara en
cosas bonitas. 

Ladeé triste la cabeza. La paz de su caricia no me abandonaba pero sabía que éste
sería nuestro primer y último encuentro sin el ordenador de por medio. Me tembló el
labio. 

- Te echaré de menos. 

En ese momento en el ordenador hubo un movimiento general. Se minimizó el chat, se
abrió solo un tratamiento de textos, y apareció una corta frase en una página en
blanco: 

Y YO A TI.

Historias terroríficas de Halloween



HALLOWEEN - OUIJA Y LETRAS PEQUEÑAS

  Todo seguía según lo previsto en la víspera de Halloween. Inexplicablemente, había sido elegido por la dudosa fortuna para organizar la fiesta  otro año más. Y la calificaba de tal modo porque sospechaba de mis tres íntimos amigos de toda la vida. Cuatro veces seguidas eran demasiadas. No es que me importara demasiado prepararlo todo, pero sentía que se burlaban de mí a mis espaldas. En esta ocasión, sería Dave Morris el que pasaría una noche terroríficamente divertida.



Las farolas no se demoraron en Royal Street. En la calle, los más pequeños, disfrazados de seres de pesadilla, disfrutaban con gran júbilo de la mágica noche de los difuntos. Iban de puerta en puerta con el tradicional “Trick or Treat” llenándose los enormes bolsones de caramelos, pastas y chocolatinas. En las viviendas, las habitaciones estaban decoradas con precisión para crear ambiente, donde no faltaba la parafernalia habitual encumbrada por las tarántulas colgantes del techo, las brujas estampadas en las paredes y las inquietantes calabazas incandescentes de tétrica estampa. Mi madre y mi hermano habían salido con la vecina Morgan y no volverían hasta entrada la madrugada, por lo que nada ni nadie podría estropear mi broma sublimemente perpetrada.

Por fin llegaron las once en punto. El timbre, manipulado para tan especial momento, sonó como si fuese un lobo aullando a la luna enlutada que honraba con su presencia. Me cercioré de que todo estaba dispuesto y abrí la puerta. Delante de mí, Joseph, vestido de espantapájaros, azotaba a Edward y a su hermano Jonathan con un ramal de paja, mientras éstos, de vampiros, rechazaban sus vaivenes con la mano y le despojaban de su otro brazo prefabricado. Después de pedirles que terminaran con sus jueguecitos de críos, eché la llave y pasamos al salón de bienvenida. Fue entonces cuando comencé a experimentar una sensación de cierta maldad en mí difícil de describir. Sus rostros, risueños y despreocupados, se tornaron serios y rígidos al verse sumergidos en una oscuridad espesa, débilmente atenuada con una docena de velas dispuestas en círculo sobre el mesón de caoba. Se miraron los unos a los otros como si no entendieran qué demonios significaba aquello, y Joseph, que solía ser la voz cantante del grupo, balbuceó:

–Da… Dave, esto da miedo de verdad, amigo, te has lucido con la presentación, pero no se ve bien con poca luz, será mejor que…

–¿Estoy oyendo bien? –le interrumpí–. Un espantapájaros… ¿espantado? Descuida. La luz es la adecuada para esta magnífica velada. Podéis sentaros en el sofá y comer algunos dulces de la calabaza, en la mesilla. Ahora vuelvo.

–Pero Dave, ¿no vamos a salir de casa en casa como siempre o…?

–Que no, Edward, esta vez nos divertiremos con un juego… especial. El que quiera marcharse ya sabe donde está la salida. Una vez iniciada la sesión no es recomendable dejarla a medias –fingí enfadarme mientras negaba con el dedo índice

Alejándome de los tres pobres asustados, subí las escaleras y entré en mi dormitorio. Me encaminé al armario y busqué entre la multitud de libros el juego mesa durante unos instantes. Ya en mis manos, regresé al salón mientras los chicos observaban absortos el programa Entrevista con el vampiro de Castle Royal. Entonces, aguándoles los minutos de relajación que se habían permitido, apagué el televisor y reclamé su atención entonando una carcajada malévola:

-Ouija. El juego conocido por todos donde un grupo de personas procura comunicarse con el más allá. El funcionamiento es claro: alentar la aparición de entidades espirituales por medio de preguntas concretas. Como reglas a tener en cuenta, dos: nunca se debe provocar a la entidad ni abandonar si el espíritu en cuestión no lo considera oportuno.

Los semblantes incrédulos de mis amigos no lograron articular gesto. Atenazados, tal vez, por la influencia imperceptible del tablero místico invocador, se encontraban los tres en una pose demoledora, con piernas y brazos entrecruzados sin pestañear lo más mínimo, atentos a cada uno de mis movimientos mientras preparaba la escena. Situé la tabla en el centro del mesón, rodeada de las doces velas, y me senté en el sillón de terciopelo individual con reposabrazos para zurdos. Acto seguido, primero Joseph, y justo después Edward y Jonathan simultáneamente, se arrimaron para alcanzar a ver mejor.



–Comencemos. Necesitamos concentrarnos para evocar espíritus. Para ello, nos cogeremos de las manos, cerraremos los ojos e intentaremos dejar la mente en blanco.

Tras considerar que la primera fase de sugestión a la que estaba sometiéndoles era suficiente, proseguí:

–Bien. Ahora, coloraremos nuestros dedos sobre el indicador e iniciaremos el contacto.

El tablero era clásico. Las letras, divididas en dos grupos arqueados, estaban custodiadas desde las esquinas por seres y astros antropomorfos. Tampoco faltaba la numeración del uno al nueve y el “good bye”.

Una de las velas se consumió por completo esculpiendo en sus cenizas una sugerente figura. Miré alternativamente a cada uno y luego me cercioré de si estaban preparados. Tras esto, decidí dar comienzo la sesión:

–¿Hay alguien ahí? ¡Habla para que podamos escuchar! –exclamé con vehemencia para imprimir más veracidad

Silencio sepulcral. Tanto era así que las palabras aún resonaban en mis tímpanos. Las llamas vibraron y Joseph soltó un chillido nervioso que asustó a los hermanos, ambos cariacontecidos. El ambiente, cargado de una tensión casi palpable, resultaba asfixiante por la respiración contenida de los tres, pendientes de que la tablilla indicadora reaccionase.

Aprovechando el estado de ensoñación en que estábamos inmersos, con movimiento sutil y calmado, desplacé el testigo hasta la consiguiente respuesta:

“S – I”

Edward se llevó la mano a la boca y los otros dos parecieron tragar saliva, con los brazos tiesos sin despegarlos de la tablilla. Mi leve sonrisa, que después recompuse por un gesto más acorde, mostraba la felicidad que seguro habían sentido ellos cuando hacían trampa en el sorteo de nombres, pero la mía era maquiavélica. Tal vez había descubierto un hobby; tal vez me gustaba infundir temor. Luchando por no revelar esa emoción cada vez más dominante, continué con la farsa:

–¿Eres un mensajero de Dios? ¿Un mensajero del Diablo?

Con una desatada rapidez sorprendiéndome a mí mismo, moví con habilidad hasta formar las palabras de ultratumba. El sonido al rasgar la madera macilenta era tan auténtico que me erizó el poco vello viviente en mi cara.

“S - O - Y - U - N - E - S - P - I - R - I - T - U - E - R - R - A - N - T – E”

–¿Eres bondadoso? –inquirió Jonathan de improviso de un salto, antes de que pudiera seguir con mi guión preestablecido.

En ese preciso momento, decidí avivar aún más la llama del miedo. Apesadumbrados por una oscuridad impregnada hasta los huesos, era la hora de los efectos paranormales. Actuando con la presteza del buen mago, accioné un botón bajo la mesa que removió la misma. El repiqueteo del testigo indicador sobre la ouija hizo que Joseph y Edward quitaran de inmediato sus dedos y separaran la mano de Jonathan, que todavía mantenía posada a merced de una profunda sugestión. Aquello me excitaba. Me sentía poderoso y todavía quería más. Por primera vez en mucho tiempo, no sentía remordimientos con ejercer de siervo del mal. La broma, la gran broma, estaba resultando tremendamente satisfactoria. Pero aún quedaba la traca final. La guinda estaba aún por llegar.

“N - U - N - C – A”

Enderecé las velas caídas e intenté calmar a los chicos, que dando palos de ciego, buscaban el interruptor como si fuese lo último en vida. Les dije que no podían abandonar, pero ellos hicieron caso omiso de mis advertencias.


–¡Vayámonos de aquí, es un espíritu maligno, es un demonio! –gritó Joseph desencajado y casi sin voz

–Jonh… Jonhatan, ¿dónde estás? ¡¿Dónde estás, Jonathan?! ¡Por Dios, dime algo…!

Aprovechando el desconcierto reinante e imposible de detener, aproveché para dar el toque maestro, a pesar de que me hubiera gustado alargar más el juego:

–Espíritu… ¡manifiéstate, manifiéstate!



El chasquido seco del pomo de la puerta de entrada paralizó el caos. Un chirrido infinito arañó la estancia, enmudeciéndonos. Bajo el dintel, la efímera silueta de una mujer apareció. Miraba con ojos tiernos a la nada; feliz, inocua. Probablemente, era lo más hermoso que había visto en mi vida. Joseph, Edward y Jonathan permanecían estáticos, casi catatónicos. Sin lugar a dudas, la aparición estelar a cargo de la tienda de bromas Halloween’s Jokes estaba siendo ejecutada con maestría. Los rostros pétreos de mis amigos bien valían una foto para recordarles sus trampas. Corrí al dormitorio y saqué del segundo cajón del escritorio la cámara instantánea. Una vez comprobado el carrete, salí disparado directo a por la captura que serviría como seguro por si querían devolvérmela en un futuro. Cuando llegué no había nadie. Ni rastro del actor ni de los chicos. En ese momento maldije mi tardanza.

A la mañana siguiente, de camino al Instituto, recibí la llamada de Edward. Su voz sonaba lejana. Intenté pegar el oído al auricular pero resultó en vano. Miré la batería y observé que estaba completa. Seguí intentando, aunque no hubo manera de conseguir discernir algo claro, así que no tuve más remedio que desistir. Giré por la calle Boulevar Street y luego atravesé el parque nacional. Los barrenderos se empleaban a fondo para recoger toda la basura de la noche.

Miré la hora. Iba bien de tiempo y decidí pasarme por la tienda para felicitar su gran labor; desde luego, se habían portado con la puesta en escena y el tablero trucado. Al doblar la esquina, me extrañé al ver que la tienda, a estas horas, aún estaba cerrada. Poco después un mensaje llegaría al móvil. Lo leí incrédulo y sin entender qué demonios significaba:

Gracias por prestar su servicio a Halloween’s Jokes. Las almas de sus víctimas pasarán reconocimiento antes de formar parte de la plantilla de entidades evocadas a través del tablero ouija, tal como usted, el firmante, estableció tras firmar el contrato.

Sinceramente, Linda Blair, directora de Halloween’s Jokes

Aún alucinado con aquello, saqué de la cartera la copia del contrato. Leí rápidamente de arriba abajo, incluida la letra pequeña. Aquello debía tratarse de una broma. Otra de las bromas genuinas de la tienda. No podía haber vendido las almas de mis tres amigos por no leer… la letra pequeña.

Psefomancia

- La adivinación por medio de guijarros o cantos rodados coloreados y marcados con determinados signos se practica desde la antigüedad por brujos africanos.
Se escogen 9 piedras de cantos redondeadas que quepan todas en una mano,seguidamente se marca una cara de cada piedra con uno de los símbolos los que indico más abajo.
Concentrase en la pregunta que desee formular mientras mueve las piedras con la mano.Después deje caer las piedras delante del consultante.La respuesta a la pregunta se lee en las piedras cuyos símbolos hayan quedado descubiertos.
Los símbolos mas cercanos al sujeto representarán acontecimientos que se han de producir en un futuro cercano;los más lejanos predicen el futuro mas a largo plazo.
Las piedras que se tocan o que han caído muy juntas deben leerse conjuntamente.
MANUAL PARA LA INTERPRETACIÓN

COLOR     SÍMBOLO     INTERPRETACIÓN
Blanco        Ojo                   Yo el consultante
Rojo           Espadas             Energía, impulso, comflicto
Amarillo       Sol                    Salud,vida exterior, hombres
Azul             Flor                   Éxito, prosperidad
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Numerologia




¿En qué se basa la numerología?

Se basa en que todos los números del uno al nueve tienen unas características positivas y negativas que aportan a la persona que los lleva por nacimiento, por los nombres y apellidos con que se identifica y por la firma que usa en sus actividades diarias.

¿En qué nos puede ayudar la numerología?

Al estudiar el cuadro numerológico de una persona, un experto numerólogo descubre todas las características positivas y negativas que sus números le aportan, y si existen bloqueos, problemas de personalidad, inseguridades, depresiones, conflictos mociónales, agresividad, o incapacidad para lograr los objetivos.
Un cambio en el cuadro numerológico puede solucionar en parte o totalmente estos problemas; pero esto sólo puede hacerlo una persona que domine esta compleja técnica porque en caso contrario puede ser "peor el remedio que la enfermedad".

El primer paso para analizar un nombre es convertirlo en un grupo de números. Cada letra del abecedario tiene asignado un valor numérico entre 1 y 9 según la siguiente tabla:

123456789
ABCDEFGHI
JKLMNOPQR
STUVWXYZ

Como se ve, las letras A, J y S tienen el valor 1, B, K y T tienen el valor 2, y así sucesivamente. Para analizar cualquier nombre, escríbelo y debajo de cada letra anota su valor correspondiente. Ejemplo:

ARMANDOGARCIA
1941546719391

Cuando tengas escritos todos los números súmalos. En este caso, el resultado es 54. Cuando el total excede de 9 debe reducirse a un sólo dígito sumando los valores que lo componen, y haciédolo más de una vez si fuera necesario. Así pues, 60 se reduce a 1 (6 + 0 = 6). El resultado final se conoce como Número del Carácter. Este número indica el tipo general de personalidad del individuo.
El siguiente número que se calcula es el Número del Corazón, que se refiere a la vida interior del individuo y que indica los deseos y miedos ocultos. El Número del Corazón es el total reducido de todas las vocales que contenga el nombre.

ARMANDOGARCIA
116191

En el ejemplo estos números suman 19, que se reduce a 1 (1 + 9 = 10; 1 + 0 = 1).
El tercer número que se calcula es el Número Social, que se refiere a la personalidad externa, a la cara que el individuo muestra al mundo exterior. El Número Social se determina sumando el valor numérico de las consonantes del nombre.

ARMANDOGARCIA
9454793

En nuestro caso, el total es 41, que se reduce a 5 (4 + 1). Con los números del Carácter, del Corazón y Social (9, 9, 5) resulta posible trazar un retrato del sujeto utilizando un conjunto de rasgos positivos y negativos asociados tradicionalmente con cada número. Estos rasgos se basan en parte en las ideas de Pitágoras, pero también recibieron la influencia de otros muchos sabios.

MIRA HABER QUE NÚMERO ES EL TUYO :

UNO: Es el número del individuo. los Unos son independientes, de ideas claras, audaces y decididos. Se fijan una meta y van a por ella. Son líderes e inventores. A los Unos les cuesta trabajar en equipo y nos les gusta recibir órdenes. Pueden ser egocécentricos, egoístas y dominantes. Suelen ser solitarios.
DOS:
El dos representa la interacción, la comunicación en dos direcciones, la cooperación y el equilubrio. Los Doses son imaginativos, creativos y amables. Sus características son la paz, la armonía, el compromiso, la lealtad y el sentido de justicia. Pero el dos también introduce la idea de conflicto, de fuerzas opuestas, y de facetas en contraposición: el día y la noche, lo bueno y lo malo. Los Doses puedes ser retraídos, volubles, tímidos e indecisos.
TRES:
El tres representa la idea de la plenitud o totalidad, como en los tríos de pasado/presente/futuro y mente/cuerpo/espíritu. Los pitagóricos consideraban al tres el primer número completo, ya que, igual que tres guuijarros puestos en fila, posee un comienzo, un medio y un final. El tres indica talento, energía, natural artístico, sentido del humor y facilidad para el trato social. Los Treses suelen ser gente con suerte, de trato fácil, ricos y con mucho éxito, pero también pueden ser personas disperas, que se ofenden con facilidad y superficiales.
CUATRO:
Como una mesa reposa firmemente sobre sus cuatro patas, el cuatro indica estabilidad y firmeza. Los Cuatros disfrutan con el trabajo duro: Son prácticos, fiables y con los pies en el suelo; prefieren la lógica y la razón a los vuelos de la fantasía. Son buenos organizadores y consiguen que las cosas se hagan. Como el ciclo de las estaciones, también resultan predecibles. Pueden ser tozudos, recelosos, excesivamente prácticos y con tendencia a tener arrebatos de mal genio. Cualquier conflicto posible con los Doses se duplica en los Cuatros.
CINCO:
El cinco es el número de la inestabilidad y el desequilibrio. Indica cambio e interditumbre. Los Cincos se sienten atraídos por muchas cosas a la vez, pero no se centran en ninguna. Son aventureros, están llenos de energía y siempre dispuestos a arriesgarse. Les encanta viajar y concoer gente nueva, pero puede que no permanezcan mucho tiempo en un mismo lugar. Los Cincos pueden ser engreídos, irresponsables, irascibles e impacientes.
SEIS:
El seis representa la armonía, la amistad y la vida familiar. Los Seises son leales, fiables y amorosos. Tienen facilidad para adaptarse. Se les dan muy bien la enseñanza y las artes, mientras que los negocios no suelen ser lo suyo. A veces tienen tendencia al chismorreo y a la complacencia. Los pitagóricos consideraban el seis el número perfecto, ya que es divisible tanto por dos como por tres y contiene la suma y el producto de los tres primeros dígitos (1 + 2 + 3 = 6, 1 x 2 x 3 = 6).
SIETE:
Perceptivos, comprensivos y brillantes, a los Sietes les gusta el trabajo duro y los retos. Suelen ser serios, estudiosos y les interesan todas las cosas misteriosas. Para ellos, la originalidad y la imaginación son más importantes que el dinero y las posesiones materiales. Los Sietes pueden ser también pesimistas, sarcásticos e inseguros. El siete se considera a veces el número místico o mágico, debido a que se asocia con los bíblicos siete días de la Creacón, y con los siete cuerpos celestes de la antigua astronomía (el Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Saturno y Júpiter).
OCHO:
El ocho indica la posibilidad de gran éxito en los negocios, las finanzas y la política. Los Ochos son prácticos, ambiciosos, comprometidos y trabajadores. Pero también pueden ser celosos, codiciosos, dominantes y sedientos de poder. Se dice que el ocho es el número más impredecible de todos, y puede indicar tanto el éxito máximo como el fracaso más rotundo; ambas posibilidades están presentes desde el principio.
NUEVE:
Representa totalidad y logro en el grado más alto, ya que es el número completo (el tres) expresado tres veces (3 x 3 = 9). Los Nueves dedican su vida al servicio al prójimo, a menudo como maestros, científicos y humanistas. De fuertes convicciones, trabajan incansablemente y sirven de inspiración para los demás Sin embargo, también pueden ser arrogantes y engreídos cuando las cosas no salen como ellos esperan.